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Tal vez, el “BAAND Together Dance Festival” ha sido uno de los mejores eventos que el Lincoln Center nos ofreció este verano en Nueva York. Una celebración de danza en la que las más icónicas compañías de la ciudad nos han dejado ver sus mejores galas. Entre ellas, el Ballet Hispánico, de la mano de la coreógrafa Annabelle Lopez Ochoa, nos regala “Línea Recta”, una alternancia entre danza contemporánea y flamenco, con música del guitarrista Eric Vaarzon Morel, en la que la artista combate la ausencia de pareja física en este arte. Manteniendo la integridad y la pasión distintiva del flamenco, crea un perfecto “match” entre éste y el ballet en una pieza llena de sensibilidad con enfoques femeninos.
R: Todos los trabajos del Ballet Hispánico tienen un sentido de equidad, identidad cultural y empoderamiento de la mujer y de comunidad latina e hispánica ¿Cómo te sentiste trabajando con ellos?
A: Durante toda mi carrera viví alejada de mi origen latino, pero cuando llegué a Nueva York y conocí a Eduardo, me dijo: “Puedes crear lo que quieras, pero siempre que sea acerca de tus raíces”. Mi padre es colombiano y mi madre belga, yo crecí en Europa y nunca aprendí español en mi infancia, incluso recuerdo sentirme avergonzada de que mi padre hablará español, así que no sabía por dónde empezar. Pero le busqué un significado a mis raíces y decidí hacer “Nube Blanco”, una coreografía sobre las diferencias cultuales entre mis padres con música de María Dolores Pradera. El estreno fue un éxito, la gente rió y disfrutó con mis vivencias en el escenario, fue en ese momento cuando empecé a identificarme como mujer latina.
R: ¿Cuál fue tu inspiración en “Línea Recta”?
A: En francés, la expresión “Línea Recta” significa ir directo a tus objetivos, al titularlo en español quería jugar con estos dos motivos. Mi intención era hacer algo con toques flamencos, recordé entonces las piezas que tenía de Eric y todo empezó a encajar.
R: ¿Cómo es crear una pieza de flamenco para el público internacional sin caer en estereotipos?
A: Acababa de trabajar con la New York City Ballet y pensé, quiero hacer algo bonito y estético. Aunque estudié flamenco durante mi formación, no soy una profesional, así que quería destacar y ensalzar este arte pero hacer algo que me identificase. Tal vez, una celebración más cercana al flamenco clásico, que muchas veces podemos ver también en el Ballet Nacional de España. Además, un día viendo un espectáculo en Nueva York con un amigo pensé que al flamenco le faltaba el contacto entre bailarines y decidí añadirlo. En el ballet, la apoteosis de la pieza es cuándo los bailarines se enlazan, y es algo que echaba de menos.
R: ¿Cómo es crear una pieza en la que se combinan dos estilos sin hacer sobresalir uno por encima de otro?
A: La idea es crear un híbrido, igual que lo soy yo, mitad colombiana, mitad belga.
R: En esta coreografía, usas una larga cola roja como elemento principal sobre escena, ¿cuál es la importancia del vestuario?
A: Pensé en el vestuario antes de pensar en la coreografía, quería algo muy cinematográfico…algo que diese sensación de longitud en escena, algo parecido estéticamente a una cola de escorpión. Además, me di cuenta de que no se trataba de un duo si no de un trío, fue un reto hacer que la bata de cola no fuese un mero elemento estético si no que fuera un personaje más. Es algo incongruente, que no debe estar ahí pero con lo que tienes que lidiar. Finalmente, es una fuente de fuerza y empoderamiento para la bailarina, que la permite mantener el control pese a que los hombres se acerquen y la acompañen.
R: ¿Estás trabajando en algún proyecto nuevo?
A: Trabajo actualmente en “Evita Perón” con el Ballet Hispánico. Una mujer amada por unos y odiada por otros en la que busco narrar su historia desde siete puntos de vista distintos.
Rebeca Blanco Prim es crítica de ópera y danza, además de trabajar en producción y marketing para varias compañías de danza, festivales musicales y otras organizaciones culturales. Es la actual directora de @operaypunto y ha escrito para Ópera Actual y Opera World.
Foto: El Colombiano/Julio Cesar Herrera